Ribeyro es el típico peruano. Vargas Llosa afirmaba en un carta que "Todos sus cuentos y novelas son fragmentos de una sola alegoría sobre la frustración fundamental de ser peruano: frustración social, individual, cultural, psicológica y sexual".
Este floro de la frustración es casi (o así nos lo han hecho creer) un sello de la peruanidad. Al margen de eso, creo que Julio Ramón es casi un símbolo nacional, que debería estar al lado de Machu Picchu, Inca Kola y el ceviche.
¿Quién no lo ha leido aunque sea sin querer? En el colegio es ley soplarte un par de cuentos del flaco. ¿Quién no ha pasado por alguna de las situaciones que nos cuentan? ¿Quién no ha tenido "Una aventura nocturna", caminado "Por las azoteas" o aburrido en un tono a lo "De color modesto"?
Así que es casi un deber nacional el visitar el Homenaje que se le está haciendo por estas fechas en que veremos primeras ediciones, fotos, objetos personales, el biberon que usaba de chiquito, su cortauñas etc. y todas las huevadas que se suelen juntar de un escritor.
Ah, lo olvidaba, un texto de él que es preciso para esta situación:
Este floro de la frustración es casi (o así nos lo han hecho creer) un sello de la peruanidad. Al margen de eso, creo que Julio Ramón es casi un símbolo nacional, que debería estar al lado de Machu Picchu, Inca Kola y el ceviche.
¿Quién no lo ha leido aunque sea sin querer? En el colegio es ley soplarte un par de cuentos del flaco. ¿Quién no ha pasado por alguna de las situaciones que nos cuentan? ¿Quién no ha tenido "Una aventura nocturna", caminado "Por las azoteas" o aburrido en un tono a lo "De color modesto"?
Así que es casi un deber nacional el visitar el Homenaje que se le está haciendo por estas fechas en que veremos primeras ediciones, fotos, objetos personales, el biberon que usaba de chiquito, su cortauñas etc. y todas las huevadas que se suelen juntar de un escritor.
Ah, lo olvidaba, un texto de él que es preciso para esta situación:
Julio, irónico siempre. Por eso te queremos."El más insignificante de los hombres deja una reliquia – su pantalón, su medalla…- pero son pocos los que dejan un a obra. Por ello la reliquias me deprimen y las obras me exaltan. Por ello, rara vez visito la "casa del artista", se trate de Balzac, Beethoven o Rubens, y prefiero la compañía de sus libros melodías o pinturas. Las reliquias segregan un aroma de tristeza, de fugacidad y sobretodo de ausencia, pues son el signo visible de lo que ya no está. Su valor es condicional: se conservan porque pertenecieron a tal o cual, pues de otro modo hace tiempo que serían polvo, como sus dueños. Nada más angustioso por ello que ver el sillón de Voltaire, la tabaquera de Bach o el pincel de Leonardo. Cosas deshabitadas. El espíritu pasó por allí, pero solamente pasó, para instalarse en la obra."
Lugar: Centro Cultural de la Cancillería (Jirón Ucayali 391, Lima)
Horario: de martes a sábados de 10 a.m. a 7:30 p.m. y domingos de 10 a.m. a 6 p.m. (hasta el 27 de septiembre)
Estarán también:
Fernando Ampuero, Alonso Cueto, Víctor Vich y Jorge Coaguila
Ingreso: libre
Más info:
El Comercio: Sal de tu casa
Perú21: Recordando a Julio Ramón Ribeyro
La República: Julio Ramón Ribeyro, el escritor elocuente
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