26 ago 2019

Consejos para NO comprar libros (1): Mis 5 bibliotecas favoritas

26 ago 2019

A veces creo que entregaría las hojas de todos mis libros para revivir las verdes de la Amazonia. ¿Sientes que no puedes hacer nada por mejorar la situación? Tal vez comprar menos, sobre todo los innecesarios, que luego tienes que rematar porque no resultaron tan buenos como decía la contratapa. Créeme, cualquier árbol vale más que muchas de tus adquisiciones. Y quizás algunos bosques sean más importantes que ciertas bibliotecas. No solo la ganadería destruye las selvas: la fabricación de papel tiene un impacto innegable, de acuerdo al Ministerio del Ambiente.

No queremos ponernos en plan Marie Kondo (bueno, ya lo hicimos el año pasado, antes que salga la serie incluso), pero sí darte algunos tips para que gastes menos. Si no te convence nada: No lo hagas por el planeta, hazlo por tu billetera. Hace unos años, dí algunos consejos para comprar libros. Es momento de hacer lo contrario. 







Aquí es donde cito a Borges y lo del paraíso y todo eso. Ay si, ay si. Puro humo, porque muchos que se llaman lectores nunca van a una biblioteca aduciendo que "no pueden leer ahí", "no les gusta" etc. Claro, necesitan toda la concentración del mundo para tan virtuosa actividad, pero no se hacen problemas de leer en un bus maloliente y bullicioso, infestado de congéneres que no tienen su excepcional sensibilidad. 

Por eso el primer consejo es: vayan a la biblioteca. Es cierto que en nuestro país, el acceso a bibliotecas en general (ya ni siquiera públicas) es restringido. Pero con un poco de esfuerzo, uno se encuentra con hallazgos que valen la pena. Así que, de paso, les comentaré sobre mis cinco bibliotecas favoritas, un poco como contrapeso a mis cinco librerías favoritas.

5. Biblioteca Nacional: Aunque sufre la gran desventaja de que no entrega libros a domicilio, por su importancia histórica y tradición, tiene ejemplares casi imposibles de encontrar en otro lugar. Se necesita paciencia, como en todo lo relacionado a la lectura. Por eso, tuve que ir tres veces para acabar un libro de Bill Bryson, que si no no hubiera leído, y pasar la vergüenza de carcajearme ante imaginarias miradas atónitas, porque en realidad no había nadie, además de la señora que cuida.  


4. Biblioteca del Centro Cultural de España: Gratuita, préstamos por 15 días y encima en lugar céntrico. Además tiene una gran colección de comics. Su punto fuerte, lógico, es la literatura de dicho país y también la latinoamericana. Aunque fue el único lugar donde encontré La conjura de los necios y leí por primera vez a Beigbeder. Lo único malo es que abre solo cuatro días en horario de oficina. Privada con espíritu de pública.

3. Biblioteca del Metropolitano: ¡Qué buenos libros se encuentran aquí! Una amplia colección de Anagrama, Salamandra, Seix Barral, cómics. Me atrevería a decir que es mejor biblioteca que la de algunas "universidades". La única donde encontré esa obra maestra llamada Expiación de Ian McEwan. Gratis y con diversas sedes, además de en la Estación Central, en el norte y el sur de la ciudad. Lo malo es que solo permiten llevarte ejemplares a casa por una semana (con posibilidad de renovar a otra) y no hay donde sentarse.

2. Biblioteca Ricardo Palma: Se volvió uno de mis refugios en los últimos tiempos. Tiene dos áreas muy cómodas, una de periódicos y revistas y la otra de libros (y no solo, literatura). Casi gratuita -y gratuita para los que viven en Miraflores-, préstamos por quince días (pudiéndose renovar por igual tiempo), variadas sedes, buen horario e instalaciones cómodas con internet. Ahí leí la última novela de Franzen (que no hay en otro sitio), Houellebecq entre otros y suele adquirir novedades casi todos los meses. Y lo mejor de todo: es estantería abierta. Para qué mas.   

1. Biblioteca de la PUCP: Esta si es privada y aquí entra el feeling y lo subjetivo. Me han prestado material hasta por 45 días y, en otras épocas, solo por horas. Es lo más cerca que me he sentido de la idea de la popular cita borgiana. He leído (y visto películas, escuchado discos y aprendido cosas) tantas veces entre sus muros que es difícil calificar este rincón. 


¿Qué ventajas tiene leer de la biblioteca? Para empezar, se puede revisar con más calma que en el apuro de una librería, sino estás seguro de empezarlo o no. Pero además es una buena herramienta para motivarte a acabar una obra y tener un plazo fijo para hacerlo, que es el de devolución. A diferencia de muchos libros que compramos y siguen ahí, sellados con su bolsita y todo, durante años.

No es ponerse en plan progre, no existen solo razones ecológicas o económicas. Es un tema de nuestro derecho de acceso a la cultura. Pero como tus prejuicios pueden más, tendré que aplicar el ad hominem: Alberto Olmos adora las bibliotecas. Y a él no lo puedes acusar de progre, tal vez de machista, cínico o lo que sea, pero de progre no. Si hasta se burla de Greta Thunberg, una chica de 16 años (¡qué malote!) que protesta contra el cambio climático. Así que si él no se hace problemas por leer de una biblioteca, no veo porqué tu sí. 

Confieso como desventaja que las fotos de un libro de biblioteca, con su sello y código en el lomo, no salen tan bien en Instagram, lo que supongo es lo que más preocupa a algunos. Porque son tan giles que piensan que #PrayforAmazonia es una pérdida de tiempo, pero por alguna razón sus "historias" de Instagram, no. 
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