Luego pude disfrutar de la rebeldía de Nino, frente al desconcierto de Gonzalo y la inocencia de Torres, todos ellos entrañables y bien narrados. Lo contrario a lo maniqueo de Los Mutantes, malos, muy malos, hasta lo gore. También sus jefes, los decadentes Nobles con apellidos de marcas de ropa, liderados por el duque Chanel; supercaricaturizados, casi un comic underground. Claro que esto se debe a la contraposición de su mundo y el de los niños (supongo ¿no?). No coincido con José Miguel Herbozo respecto al manifiesto del diario "El averno"(p. 49), creo que existen formas más sutiles de expresar la propuesta de un autor.
Otros recursos además de insertar un periódico: el cuadro de sesión de paciente (p. 69), los innecesarios diálogos teatrales (p. 12-13), los capítulos divididos en letras. No podía faltar el homenaje de ley: en este caso a "Los inocentes" de Oswaldo Reynoso: aparecen el Choro Plantado, el Príncipe, el bar "la Estrella", etc.
Un libro entretenido, pero que a veces sentía que se regodeaba en recursos artificiosos, lo que es normal en cualquiera debut. El autor se lo dedica a si mismo (modesto el muchacho), pero coincidimos con la promesa que expresa en esta dedicatoria, donde señala que en el futuro nos traerá una obra más lograda. Estamos seguros que sí.
Mariano Vargas
Los mutantes
Lima, Estruendomudo, 2008
79 págs.
puntaje: 6.5
Y aquí algunas notas de El Comercio y Perú 21
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