Aunque salió en enero, recién esta semana procedí con la última novela de Miguel Gutiérrez, Confesiones de Tamara Fiol, que en general es chévere.
La estructura de la obra está basada en el diálogo entre un aspirante a escritor y una enigmática mujer que le relata su vida, así como en Memorias de un Dama. El primero es el periodista Morgan Scott Batres, por su nombre parece un homenaje a Carlos Milla Batres, primer editor de Gutiérrez y salvadoreño como el personaje, aunque Balo Sánchez León tiene otra teoría. Morgan relata su recorrido por el Perú en busca de datos para su crónica y nos cuenta sobre su propia vida, en los capítulos pares. Por otro lado se narra, en los capítulos impares, tanto los orígenes familiares (abuelos y padres) de Tamara como los de Raúl Arancibia, un oscuro personaje determinante en la vida de la protagonista.
Esto permite esbozar una vista panorámica por la historia ideológica y política del siglo XX en nuestro país: anarquismo, aprismo, comunismo hasta llegar a nuestros días. Para esto el autor se vale de diversos recursos: grabaciones de cassete (cap. V), interrupciones de estas grabaciones (cap. VII), transcripciones de entrevistas, apuntes de diarios (caps. XVII y XIX) etc.
Lo importante es que Gutiérrez llega a convencer con su personaje: una mujer complicada (disculparan el oxímoron), de pasado comunista pero amante de la vida y la alegría; antagonista de Arancibia, un hombre cruel y obsesionado por el poder. Como Morgan, escuchamos a Tamara durante horas sin aburrirnos y es que la novela es superenvolvente sobretodo en la primera mitad.
Después pierde un poco el ritmo, quizás porque Arancibia coge más protagonismo o porque hay un culo de personajes secundarios lo que hace que al llegar a la conclusión del libro se precipiten los finales de algunos y existan cabos sueltos en otros (la historia personal de Morgan es un buen ejemplo de ellos, se sale un poco de control). También exagera por momentos con los detalles, describiendo elementos innecesarios como lo que desayunan y almuerzan los personajes, la marca de los cigarros, la temperatura de las bebidas etc.
Además, a pesar que el volumen fue editado por Alfaguara, existen frases mal hechas ("de toda de tu vida" p. 375), algunas repetidas y varias erratas como "padilla" por "pandilla" (p. 230) o "almagritas" por "almagristas" (p. 261) por citar algunas. Y eso que la corrección estuvo a cargo de Jorge Coaguila.
Al margen de esto, es una novela mucho mejor que otras sobre el tema de la violencia política (¿alguien dijo La cuarta espada?) y en lo personal me gustó más que El mundo sin Xóchitl, pero bueno es cuestión de gustos.
Miguel Gutiérrez
Confesiones de Tamara FiolAlfaguara, 2009
437 págs.
Puntaje: 7
Les gustó: Ricardo González Vigil, Alexis Iparraguirre
No les gustó: Javier Ágreda, Edgardo Pallarderi
otros comentarios: Omar Guerrero, Giovanni Anticona
La estructura de la obra está basada en el diálogo entre un aspirante a escritor y una enigmática mujer que le relata su vida, así como en Memorias de un Dama. El primero es el periodista Morgan Scott Batres, por su nombre parece un homenaje a Carlos Milla Batres, primer editor de Gutiérrez y salvadoreño como el personaje, aunque Balo Sánchez León tiene otra teoría. Morgan relata su recorrido por el Perú en busca de datos para su crónica y nos cuenta sobre su propia vida, en los capítulos pares. Por otro lado se narra, en los capítulos impares, tanto los orígenes familiares (abuelos y padres) de Tamara como los de Raúl Arancibia, un oscuro personaje determinante en la vida de la protagonista.
Esto permite esbozar una vista panorámica por la historia ideológica y política del siglo XX en nuestro país: anarquismo, aprismo, comunismo hasta llegar a nuestros días. Para esto el autor se vale de diversos recursos: grabaciones de cassete (cap. V), interrupciones de estas grabaciones (cap. VII), transcripciones de entrevistas, apuntes de diarios (caps. XVII y XIX) etc.
Lo importante es que Gutiérrez llega a convencer con su personaje: una mujer complicada (disculparan el oxímoron), de pasado comunista pero amante de la vida y la alegría; antagonista de Arancibia, un hombre cruel y obsesionado por el poder. Como Morgan, escuchamos a Tamara durante horas sin aburrirnos y es que la novela es superenvolvente sobretodo en la primera mitad.
Después pierde un poco el ritmo, quizás porque Arancibia coge más protagonismo o porque hay un culo de personajes secundarios lo que hace que al llegar a la conclusión del libro se precipiten los finales de algunos y existan cabos sueltos en otros (la historia personal de Morgan es un buen ejemplo de ellos, se sale un poco de control). También exagera por momentos con los detalles, describiendo elementos innecesarios como lo que desayunan y almuerzan los personajes, la marca de los cigarros, la temperatura de las bebidas etc.
Además, a pesar que el volumen fue editado por Alfaguara, existen frases mal hechas ("de toda de tu vida" p. 375), algunas repetidas y varias erratas como "padilla" por "pandilla" (p. 230) o "almagritas" por "almagristas" (p. 261) por citar algunas. Y eso que la corrección estuvo a cargo de Jorge Coaguila.
Al margen de esto, es una novela mucho mejor que otras sobre el tema de la violencia política (¿alguien dijo La cuarta espada?) y en lo personal me gustó más que El mundo sin Xóchitl, pero bueno es cuestión de gustos.
Miguel Gutiérrez
Confesiones de Tamara FiolAlfaguara, 2009
437 págs.
Puntaje: 7
Les gustó: Ricardo González Vigil, Alexis Iparraguirre
No les gustó: Javier Ágreda, Edgardo Pallarderi
otros comentarios: Omar Guerrero, Giovanni Anticona