Lo que nos lleva a pensar que, en principio cada lector tiene su propia interpretación de un texto y todas tienen cierto grado de validez. Además, el cine y la literatura son expresiones artísticas diferentes y no tienen porque coincidir en sus propuestas necesariamente. Y de aquí debería venir un floro largazo e innecesario diciendo que la película nunca superará el libro y bla bla bla.
Pero en resumen, el buen Sherlock nunca usó ese estúpido gorrito de gamo. Elemental, mi querido lector. Sin embargo, ahí está, en muchas carátulas de esta obra. Y, como rajar de carátulas es más fácil que de películas, existen casos que sí nos hacen dudar sobre las posibilidades de la hermenéutica (digo todo tiene un límite ¿no?)
Yawar Fiesta - José María Arguedas: Este es el típico caso que genera errores. Y por eso mucha gente que no ha leído la novela piensa que trata de la costumbre andina del mismo nombre en el que hay un cóndor encima de un toro. No pues. Eso nunca pasa en el libro. Si bien hay un toro (Misitu) este es toreado pero a dinamitazos (mucho más hardcore). Aunque creo que Arguedas, por su profesión, escribió un ensayo antropológico de esta costumbre con el mismo título de la obra. De ahí, tal vez, la confusión. Porque, si nos remitimos a las primeras ediciones, no hay problema. La primera edición (Lima, CIP, 1941) tiene una carátula donde aparece una planta de tres flores dibujada con tinta negra, creación de Alicia Bustamante. La segunda edición (Lima, Mejía Baca, 1958) tiene una carátula con figuras abstractas. Nada que ver con cóndores sobre toros. La primera en la que se ve esto fue la edición sesentera de Populibros, esa la fregó.
El corsario negro - Emilio Salgari: Este sí es abusivazo. En el mismo libro dicen textualmente que el protagonista tenía los ojos "negros como el carbón" (tengo a la vista la edición de La Oveja negra, 1984, p. 8, edición que tiene la misma carátula errada de la derecha) ¿Por qué le ponen ojos verdes? Por flojos, porque la foto de la carátula que están viendo es la imagen de una pela basada en este mismo libro en que el actor que encarna al Corsario Negro definitivamente no tiene los ojos negros (en la foto que elegí no se nota mucho, es lo mejor que encontré, pero créanme). Y esto que parece trivial no lo es tanto, porque el personaje se supone que es lúgubre, que está consumido por la venganza y el color simboliza algo. Y además de su nombre, su ropa, su sombrero, su cabello, su barba etc. son negros, así que como que le están malogrando su look darkie.
Los tres mosqueteros - Alejandro Dumas: Este caso es singular. Como en realidad son cuatro mosqueteros, la carátula no está mal ¿es erróneo el título entonces? Tampoco. Ya lo dijo Umberto Eco en sus Apostillas a El nombre de la rosa, cuando reflexionaba sobre el problema de elegir un título: "Quizás habría que ser honestamente deshonestos, como Dumas, porque es evidente que Los tres mosqueteros es, de hecho, la historia del cuarto." (Barcelona, Lumen, 1987, p. 10)¿Entonces son las carátulas donde aparecen sólo tres mosqueteros las que están mal? No lo creo. Muchas de las ediciones francesas e inglesas de esta novela de aventuras, tienen una portada similar a la que pueden apreciar a su derecha. Y sin embargo, desde la vez que vi por primera vez este libro siempre me queda la sensación de engaño, de ilusión óptica, de que algo está mal. Hasta ahora. Debe ser por eso que nunca lo he leído.
En fin. Más de una vez me he preguntado porque las portadas de los libros no tienen esa fuerza para quedar en el inconciente colectivo que tienen las portadas de los discos. Tal vez algo de esto que he tratado de mostrar tenga que ver. ¿Se les ocurren otros ejemplos? Si no, por ahora, basta de carátulas.