Todo empezó más o menos así. Debe haber sido finales del 2006 o inicios del 2007. Estaba conversando en el msn con una amiga, creo que de fútbol, y de la nada me pregunta: “¿Has escuchado hablar de un libro que se llama Tokio Blues?” Y yo me quedé así:
Sin haber leído nada de él, ya me produjo una sensación de irrealidad total, que se repetiría con los libros que le leería. claro que en ese momento, aún no sospechaba esto. Y mi sorpresa fue tan grande porque era la primera vez en todos los años que conocía a esta chica, para mayor casualidad de simpáticos rasgos orientales, que ella mencionaba la palabra “libro”. Ante mi silencio virtual, insistió “es de Haruki Murakami”. Y yo ¿ah?, ¿cómo se escribe eso?, mientras trataba de ponerlo en Google. “Es que escuché de que trataba el libro y me llamó la atención, como tu vendes libros, ¿no sabrás donde encontrarlo?”.
Ya no quería quedar tan mal, así que salí a la calle para esta extraña búsqueda. Entré a una de esas librerías elegantes de un distrito de gente adinerada. Pregunté por la novela y el vendedor me pidió que lo siga. Descendimos a la profundidad de un sótano, oscuro como un pozo, donde estaba la sección de literatura internacional y ¿qué veo?: Un gato, o mejor dicho su foto. “Es lo único que tenemos ahora”. Kafka en la orilla. El precio era casi inmoral.
Luego de comunicarle a mi amiga el fracaso, ella “desapareció” por unos años. Pero su recuerdo no. Y menos el del libro. Hasta que nos encontramos en una feria de la universidad (con el libro) y por fin conocí los Maxi Tusquets. El libro seguía siendo caro, pero ahora era mucho más accesible. No sé porqué me lo había imaginado un ladrillo de 800 páginas. Me sorprendió verlo pequeñito y con la portada de un chica de espaldas, tan inofensivo.
Tiempo después me compraría por fin Tokio Blues. En los días que lo leí me desconecté del mundo por momentos, atrapado por la historia. Me quedé con muchas ganas de seguir disfrutando a este autor, pero estaba más misio que el chavo. Felizmente la biblioteca salió en mi auxilio: primero sería After Dark y luego Sputnik mi amor. Ninguna me gustó tanto, me chocaron un poco las partes medio oníricas, aun no me había acostumbrado al particular estilo del autor, pero igual disfruté su lectura. Chequeando su web, descubrí que muchos de sus textos no habían sido traducidos al castellano, pero casi todos los comentarios coincidían en una cosa: el mejor de sus libros era Crónica del pájaro que da cuerda al mundo.
Cuando tuve la oportunidad de disfrutar esta novela, tuve –aunque suene exagerado– la sensación de entrar a un mundo completamente nuevo. La comparación con las películas de David Lynch es acertada. Desde ahí ya no pude parar. Vinieron La caza del carnero salvaje y Kafka en la orilla, los dos geniales si te gusta el estilo, buenísimos, que solo hicieron que me guste más y más este escritor. Y para bajarla, después la seguí con Al sur de la frontera, al oeste del sol.
Luego de un buen tiempo, me encontré con mi amiga la chinita ¿me creerían si les digo que había viajado a una isla griega? Quizás no. Mejor sigamos con los libros de Murakami:
La caza del carnero salvaje (1982): Pastrulada atrapante. Una mujer que atrae con las orejas, extraños individuos y la búsqueda de un carnero que aparece en una fotografía son los ingredientes que hacen de esta novela una increíble aventura que tiene siempre interesado al lector.
Tokio Blues (1987): El primer amor. Pocos personajes, un lenguaje sencillo, una trama aparentemente simple, pero que transmite una calidez y una melancolía únicas que hacen que por momentos nos olvidemos de los que nos rodea y podamos sentir y sufrir los problemas de Toru, Naoko y Midori.
Al sur de la frontera, al oeste del sol (1992): Aquí el autor nuevamente explota su veta intimista y extiende más el alcance de la historia, narrándonos la vida del protagonista desde la niñez a la adultez y como fue conociendo el amor de tres mujeres y como fue afectando esto su vida.
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1995): Su mejor libro. Surrealismo al máximo. Droga pura directo a la vena. Lo que empieza con la búsqueda de un gato, se convierte en una búsqueda cada vez más compleja, que no se llega a entender del todo, pero si a disfrutar mucho. Tantos símbolos (agua, pozo, pájaro que da cuerda), escenas crudas, absurdas, cabos sueltos y las más disímiles expresiones del comportamiento humano lo hacen un libro casi imprescindible.
Sputnik, mi amor (1999): Una especie de libro mixto, bisagra entre las novelas más introspectivas-románticas del japonés y su estilo más alucinado y fantástico. Pasa rápido, y aunque tiene partes logradas, por momentos perdía el interés. Quizás haga falta una releída.
Kafka en la orilla (2002): ¡Extraordinaria!, me encantó. Aunque de menor complejidad que Crónica del pájaro…, esta novela tiene todos los elementos que hacen que Murakami sea tan adictivo. A pesar que no se entiende mucho de lo que sucede y de las motivaciones de los personajes, uno sigue leyendo, completamente abstraído por saber que sucederá.
After Dark (2004): Un libro bastante sencillo, del que quizás esperaba más. Me gustó el detalle de los relojitos y la siniestra escena de la chica y el televisor pero, como Sputnik mi amor, fue de los que menos me impactó.
Bueno, hay muchísimas cosas más que se podrían hablar del genial ponja, pero prefiero escucharlos a ustedes (y si te quedaste con ganas puedes checar Especial de Murakami - parte 2)