Creemos que vale la pena recordarle al mundo que, además de Vargas Llosa y Alfredo Bryce existen todavía algunos peruanos vivos que vale la pena leer. Uno de ellos, ya lo dijimos hace tiempo es Luis Loayza. Ahora hablaremos de otro y más adelante quizás de tres más, que tampoco hay tantos :)
La clásica cuando uno conoce a un escritor joven/no tan famoso es el maleteo: "Seguro tiene contactos", "No pasa nada", "es una mala copia de (inserta escritor favorito)". Y muchas veces es verdad: las editoriales son un negocio y van a promocionar sus autores como si fueron Shakespeare resucitado con tal de vender.
Supongo que eso también pasó por mi mente la primera vez que vi algún libro de Fernando Iwasaki. Debe haber sido el stand de Peisa de la Feria del Libro, debe haber sido en 2005, debe haber sido El descubrimiento de España o esa bonita edición en tapa dura de Inquisiciones peruanas a un precio imposible de conseguir. Imposible para mí, claro, que sufría con el precio de la entrada a la Feria - una moneda de 1 sol- a la cual ingresaba porque tenía un fotocheck que decía que trabaja ahí. Así que seguramente me fui rumiando mi descontento y culpando a todo el mundo por no poder leerlo.
Pero o mi situación económica mejoró, o la de PEISA empeoró, porque años después los mismos libros estaban siendo rematados a precios bastante accesibles, así que los metí al bolso (no lo tomen literalmente, esa vez sí pagué antes de hacerlo). Y la pasé muy bien, me divertí harto por su particular estilo.
Luego de eso, en los siguientes años, se volvió casi una tradición para mí disfrutar de sus ocurrencias y sus buenas historias. En los resúmenes de los años 2011 y 2012 he comentado brevemente la impresión de nueve de sus obras, que leí en esos tiempos.
La mezcla de ingenio y humor, sumado al lenguaje sencillo en algunos ratos y académico/erudito en otros, me llamó mucho la atención. Y es que una de las características más interesantes de Iwasaki es que no solo se dedica a géneros clásicos como el cuento, la novela o el ensayo, sino también experimenta con el microrrelato, lo inclasificable, la mezcla de géneros y también el cuento de terror o erótico.
Así puede pasar de un registro a otro con facilidad. Eso lo vemos en sus novelas como Neguijón o Libro del mal amor donde escribe una novela "histórica" con muchas referencias a datos del siglo XVII y en otra relata las aventuras sentimentales de un tipo bien salado con las mujeres.
Algo similar pasa en sus libros de cuentos. La diferencia es que algunos fluctúan entre diversos temas como es el caso de sus primeros libros de relatos como Tres noches de corbata o A Troya, Helena lo que se ve reflejado en sus volúmenes compilatorios como Un milagro informal o Papel Carbón. Pero por otro, también existen libros de cuentos con un tema en común como es el caso de Ajuar Funerario (el terror), Helarte de amar (el erotismo), Inquisiciones peruanas (la represión) y España, aparta de mí estos premios (la identidad). Ajar funerario tiene además como nota distintiva que está conformado solo por microrrelatos. Y sí, dan miedo.
Sus ensayos también son interesantes. Algunos son un poco más especializados y relacionados al tema histórico como Nación peruana: entelequia o utopía o Extremo oriente y Perú en el siglo XVI. El que me parece más entretenido y variado es (Re)publicanos. Cuando dejamos de ser realistas. Y también es genial la divertidísima recopilación de artículos de El sentimiento trágico de la liga en la que comenta, fecha a fecha, los sucesos de la Liga Española, en esa extraña temporada 93/94, en la que nuestros compatriotas "Chemo" del Solar, Percy Olivares y "Balán" Gonzáles jugaban en el mejor fútbol del mundo.
Pero creo que el mejor ejemplo de su obra es El descubrimiento de España. Ese libro que parece empezar como una colección de artículos, como una recopilación de recuerdos de la infancia y la adolescencia, hasta luego volverse una serie de ensayos muy bien estructurados sobre historia, sociedad y la cultura de nuestros países. Todo condimentado con toneladas de humor donde se mezclan la cultura popular y las referencias metaliterarias al por mayor.
Por todo eso, ¡como no le íbamos a hacer una entrevista cuando vino a Lima!