Vargas Llosa y Suecia han estado en boca de todos estos días. Y una de las novelas más comentadas de ese país pude descubrirla, como muchos, gracias a un emocionado comentario de nuestro flamante premio Nobel, publicado en el 2009. Ante tamaña muestra de entusiasmo, la curiosidad era inevitable. Y ahora, un año después, he podido disfrutar de la trilogía Millenium.
La vida del protagonista Mikael Blomkvist da un vuelco, mas o menos, también en un año. Los 365 días comprendidos entre dos navidades son el tramo que recorre la primera novela de la serie: Los hombres que no amaban a las mujeres. Y en este relato, en el que transcurren innumerables aventuras y personajes de todo tipo, destaca la imagen de la otra protagonista: Lisbeth Salander, un personaje inolvidable.
Respecto al lenguaje, este es bastante sencillo y hasta un poco pobre, con demasiadas repeticiones, donde la parquedad del estilo queda supeditada a privilegiar la acción y el desarrollo de la trama, que casi no para y esta repleta de acción, disparos, sexo, sorpresas, sadomasoquismo y esas cosas (ya falta poco para el estreno, con bastante retraso, de la película por estos lares). En esto de las limitaciones del lenguaje y la acción imparable me hizo acordar un poco a El Código Da Vinci de Dan Brown. Cierto también que se pierden un montón de páginas, tomando cafe, comiendo Billy Pan Pizzas y describiendo la ropa de los personajes (pero Murakami también y nos encanta ¿no?).
Millenium no es solo una novela policial o negra. Creo que busca ser una novela total (eso se nota más en las siguientes partes de la saga), donde se refleje toda la sociedad sueca en general y muchas de sus instituciones: prensa, empresa privadas, policía, instituciones estatales etc. Y además, es una obra que trata de reinterpretar parte del legado de la literatura sueca o al menos, de dos de sus personajes. Al menos según el autor, Lisbeth Salander sería la versión moderna de Pippi Calzaslargas, la niña rebelde y Michael Blomkvist, al que no en vano le dicen Kalle Blomkvist, una versión actualizada del niño detective del mismo nombre.
Hay referencias a otras autoras de novelas de misterio como Val McDermid, Elizabeth George, Sue Grafton. Y en general, se nota que el autor es un apasionado por las novelas policiales. En el capítulo 15 describe la biblioteca del lugar donde se encontraba:
La vida del protagonista Mikael Blomkvist da un vuelco, mas o menos, también en un año. Los 365 días comprendidos entre dos navidades son el tramo que recorre la primera novela de la serie: Los hombres que no amaban a las mujeres. Y en este relato, en el que transcurren innumerables aventuras y personajes de todo tipo, destaca la imagen de la otra protagonista: Lisbeth Salander, un personaje inolvidable.
Respecto al lenguaje, este es bastante sencillo y hasta un poco pobre, con demasiadas repeticiones, donde la parquedad del estilo queda supeditada a privilegiar la acción y el desarrollo de la trama, que casi no para y esta repleta de acción, disparos, sexo, sorpresas, sadomasoquismo y esas cosas (ya falta poco para el estreno, con bastante retraso, de la película por estos lares). En esto de las limitaciones del lenguaje y la acción imparable me hizo acordar un poco a El Código Da Vinci de Dan Brown. Cierto también que se pierden un montón de páginas, tomando cafe, comiendo Billy Pan Pizzas y describiendo la ropa de los personajes (pero Murakami también y nos encanta ¿no?).
Millenium no es solo una novela policial o negra. Creo que busca ser una novela total (eso se nota más en las siguientes partes de la saga), donde se refleje toda la sociedad sueca en general y muchas de sus instituciones: prensa, empresa privadas, policía, instituciones estatales etc. Y además, es una obra que trata de reinterpretar parte del legado de la literatura sueca o al menos, de dos de sus personajes. Al menos según el autor, Lisbeth Salander sería la versión moderna de Pippi Calzaslargas, la niña rebelde y Michael Blomkvist, al que no en vano le dicen Kalle Blomkvist, una versión actualizada del niño detective del mismo nombre.
Hay referencias a otras autoras de novelas de misterio como Val McDermid, Elizabeth George, Sue Grafton. Y en general, se nota que el autor es un apasionado por las novelas policiales. En el capítulo 15 describe la biblioteca del lugar donde se encontraba:
Allí habría unos cincuenta libros. Aproximadamente la mitad eran novelas negras, edición de bolsillo, pertenecientes a la serie Manhattan de la editorial Wahlström. Mickey Spillane aparecía en títulos como No esperes ninguna clemencia, con la clásica portada de Bertil Hegland. También encontró media docena de libros Kitty, algunos ejemplares de Los cinco de Enid Blyton y un volumen de Los detectives gemelos de Sivar Ahlrud: El misterio del metro. Mikael sonrió con nostalgia. Tres libros de Astrid Lindgren: Los niños de Bullerbyn, El superdetective Kalle Blomkvist y Rasmus, y Pippi Calzaslargas.
Creo que no es casualidad que muchos de los autores mencionados sean mujeres. Y es que el libro tiene un enfoque, no diré feminista, pero que tiene como punto central a la mujer y la violencia que se ejerce contra ella que se inicia desde el título, encabeza los epígrafes de cada una de las 4 partes en las que esta dividida el volumen y atraviesa todo el texto.
Y uno de los libros que se me vino a la mente mientras leía éste, era la monumental 2666 de Roberto Bolaño. Ambas son dos novelas póstumas, publicadas el mismo año (2004), terminadas cuando sus autores contaban con 50 años, voluminosas, con muchísimos personajes, con bastante violencia y crímenes contra mujeres, pero sobretodo ambas son un fresco de la sociedad moderna, globalizada y salvaje, que serán recordadas en los recuentos de las novelas de la última década.