30 nov 2015

Las correcciones - Jonathan Franzen

30 nov 2015

2 floritos
Pareciera que la literatura actual, como la sociedad, cada vez toma menos en cuenta la familia, como si fuera una entidad caduca. Si no, fijémenos en las series de televisión: antes eran todas familiares, como Tres por tres, ¿Quién manda a quién?, Paso a Paso, Alf, Belvedere, Matrimonio con hijos. Podría haber un extraterrestre o algo más raro como un simpático mayordomo inglés que sirviera de elemento que producía graciosas situaciones, pero el fondo siempre era el mismo: la familia. 

En cambio ahora, las series suelen ser de personas que no viven con su familia o que simplemente no lo son: The Big Bang Theory, Two Broke Girls, The Office, Orange is the new black... La mayoría pasa más tiempo en sus trabajos o con sus amigos y la familia pasa a ser algo secundario, donde puede suceder cualquier cosa menos algo agradable (lo más cercano a una familia es The Walking dead, como para que se den una idea de como nos aterra la idea de estar juntos).

Pero empecé tratando de hablar de literatura y terminé divagando sobre series de televisión, algo imperdonable. Como les comentaba al inicio, la literatura parece darle la espalda a la familia y es común que los personajes o protagonistas de la narrativa sean personas muy solitarias, casi marginales. Pienso en los protagonistas de Coetzee, Saramago, Murakami, Roth o Auster, que no solo no tienen hijos, ni pareja estable sino que a veces no tienen ni hermanos o padres o al menos no los mencionan. ¿Qué pasó con la unión familiar a toda prueba como en Las uvas de la ira

Sin embargo, no toda la narrativa contemporánea es así. La novela más importante del siglo XX (por lo menos en español) es básicamente la historia de una familia: Cien años de soledad. Para algunos la mejor novela en inglés de este aún joven siglo XXI, y sin duda uno de los mejores libros de la década que pasó (entre los que se encuentra El mar de Banville) es también un relato similar: Las correcciones de Jonathan Franzen.


Dividida en siete partes ("St. Jude", "El fracaso", "Cuánto más lo pensaba, más se enfadaba", "En el mar", "El Generador", "Unas últimas navidades", "Las correcciones") el autor nos va presentando a los integrantes de la familia Lambert: papá Alfred y mamá Enid; los hijos: Gary, Chip y Denise.

La semana pasada, el blog de goodreads publicaba una nota sobre 10 familias que te gustaría invitar por el Día de Acción de Gracias. Estaba la familia Finch de Matar a un ruiseñor. Pero no estaba la familia Lambert. Y si se hace la misma encuesta por Navidad, la respuesta sería peor aún. De hecho, la novela de alguna forma gira en torno a esa celebración.

Con solo cinco personajes principales, construye un universo completo, una "novela total". Pero lo hace de forma sencilla, su lenguaje no necesita de metáforas complicadas, de prosa poética o de grandes descripciones. Hay todo ello, pero sin excesos. Y realmente te transporta, sientes en carne propia a sus personajes, se mete en tu mente.

Sus frases largas, cargadas de referencias, ironías, perífrasis, no cansan y nos recuerdan lo absurdamente complicadas, desordenadas y caóticas que pueden ser nuestras rutinas, nuestros días y lo que significa la clase media, muy en la onda de Bullet Park de Cheever. Oraciones que, de vez en cuando, tiene por ahí ciertas inclusiones muy sutiles: alguna etiqueta, un corazoncito mal dibujado, un par de mails, titulares como el capítulo VII de la obra más famosa de Joyce.

Libro cubierto de tantos adjetivos, bañado en epítetos, plagado de calificaciones de "obra maestra" no necesita en lo absoluto uno más por mi parte. Solo puedo decir que confío, o espero, que de acá a muchos años, la gente leerá Las correcciones para saber como vivía la gente a inicios de los años 2000, de la misma manera como se leen novelas decimonónicas, para entender esa época. Una tremenda obra, no sólo por sus más de 700 páginas, sino porque te puede hacer reír con las mismas ganas que hacer llorar, suspirar, mover la cabeza, y preguntarte muchas cosas.  Y aprender que, si la existencia es un guión mal hecho, podemos pasarnos la vida insertando las correcciones y de nada serviría. De absolutamente nada.

¿Ven por qué no hay que olvidar a la familia?. Ahora amístense y vayan pensando en cómo harán para sobrevivir a la Navidad. Quizás Pureza, la última novela del autor y que llegó por aquí el mes pasado a librerías o tal vez la propia Las correciones no sería un mal regalo para nuestros padres o herman@s. Paradójico, eso sí. Pesado y tal vez necesario, como las familias, también.
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22 nov 2015

"Hombres sin mujeres" - Haruki Murakami

22 nov 2015

2 floritos
En general, los libros que leído en los últimos años de Haruki Murakami no me terminaron de gustar: El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas me pareció predecible y pesado por momentos, los cuentos de Sauce ciego, mujer dormida son en su mayoría perfectamente olvidables y Los años de peregrinación del chico sin color, que comentamos el año pasado es una novela bien tela.


Así, que quizás no esperaba mucho del más reciente libro del japonés, sobre todo porque sigo pensando que, en la mayoría de ocasiones, los novelistas no suelen ser buenos cuentistas (y viceversa). Y, tal vez porque leí esta obra sin mayores ilusiones, es porque me gustó y la disfruté.

Los dos primeros cuentos "beatlemaníacos" no son los mejores, aunque de alguna manera el primero "Drive my car" marca la pauta para lo que vendría después. "Yesterday" es una especie de "what if" o versión alternativa o muy similar a la trama de Tokio Blues (algo que también ocurriría en "La luciérnaga" uno de los cuentos de Sauce ciego, mujer dormida).

De ahí vienen las dos historias más intensas y más interesantes: "Un órgano independiente" y "Scherezade". Este último, como sucedía con las narraciones del personaje de su título, te deja con las ganas de saber que es lo que pasará (y de hecho nunca se termina de contar una de las historias). Este interés se repite en el quinto cuento: "Kino".

"Samsa enamorado" es La metamorfosis al revés, una versión invertida, y por ende, divertida, del clásico kafkiano, aunque este cuento no aparece en la versión original del libro. Cierra el ¿relato? que le da título al volumen: "Hombres sin mujeres", el menos "murakamiano" de todo lo que le he leído al japonés, y por eso no me gustó. Seguro que varios si lo disfrutarán (le sentí un aire a lo Bellatin). 

Esposos (des)engañados, solteros empedernidos, mujeriegos enamorados, divorciados esperanzados son los personajes que pululan por estas páginas en las que la soledad eterna, con sexo o sin él, es imposible de superar. Como es imposible llegar al corazón de una mujer o siquiera llegar a conocerla por completo. Aquí no hay finales felices, solo dudas.

"Convertirse en un hombre sin mujer es muy sencillo: basta con amar locamente a una mujer y que luego ella se marche a alguna parte" (página 262). Esta frase de la última historia de la obra resume bien el espíritu del texto, que me ha servido para reivindicarme con el ponja y motivarme a leer los 3 libros que me faltan de él para concluir toda su bibliografía: 1Q84, Underground y Después del terremoto, los que ahora se han ampliado a dos más, pues se han traducido al español sus primeros trabajos Escucha la canción del viento y Pinball 1973.
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19 nov 2015

10 escritores peruanos para seguir en twitter

19 nov 2015

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Hace un tiempo pensaba hacer una lista de algunos
escritores peruanos que vale la pena seguir en tuiter. Y me quedé pensando demasiado tiempo qué significa ser un "escritor". Y mientras lo pensaba, se me adelantaron y salió esta nota.

Como es difícil, al menos para mí, definir qué es un escritor, dejaremos este tema, tal vez, para otro post. Así que vayamos a la lista (sin orden en particular)



1. Santiago Roncagliolo (@twitroncagliolo) 

¿Quién es?: El autor de varios libros como Memorias de una dama.

¿Por qué seguirlo?: Porque es actualmente, descontando a Vargas Llosa, el escritor peruano con más difusión internacional. Suele colocar links de sus columnas de El país y opiniones de las cosas que pasan.

2. Daniel Alarcón (@DanielGAlarcon)

¿Quién es?: El autor de varios libros como El rey siempre está por encima del pueblo y De noche andamos en círculos.

¿Por qué seguirlo?: Porque quizás es el mejor escritor peruano de la actualidad y por sus comentarios de fútbol. Debería evaluar ser parte de @pasededesprecio. Suele colocar links de su proyecto Radio Ambulante, fotos de su hijo y los partidos del Arsenal.

3. Gustavo Rodríguez (@GustavoEscribe) 

¿Quién es?: El autor de varios libros como Trece mentiras cortas.

¿Por qué seguirlo?: Tiene algunos buenos tuits. Suele comentar temas variados, como los de su columna en El Comercio, no solo política o libros. 

4. Iván Thays (@moleskinelit)

¿Quién es?: El autor de varios libros, pero más lo conocen por su blog Moleskine Literario.

¿Por qué seguirlo?: Porque su blog trae mucha información de actualidad literaria internacional: premios, lanzamientos y otras cosas que en realidad uno puede enterarse también con un buen feed y siguiendo directamente a los medios especializados.

5. Gustavo Faverón (@gfaveron) 

¿Quién es?: El autor de varios libros... ah no, solo de El anticuario.

¿Por qué seguirlo?: También de vez en cuando tiene sus frasecillas ingeniosas. Y de paso te enteras de lo último de su blog puente aéreo, que dicen por ahí que ha regresado. Además es un mate de la risa ver como maletea a Beto Ortiz.

6. Juan Manuel Robles (@palidofuego111)  

¿Quién es?: El autor de Nuevos juguetes de la Guerra Fría.

¿Por qué seguirlo?: Porque es el único realmente entretenido de seguir de todos los mencionados hasta ahora. Y en su cuenta hay más info que en toda la página de @ensustrece

7. Jennifer Thorndike (@jen_thorndike) 

¿Quién es?: La autora de libros que aún no he leído, pero que quisiera leer.

¿Por qué seguirla?: ¿No has visto la foto? Además es aparentemente la única que sabe usar hashtags y emoticones.

8. Claudia Ulloa Donoso (@ulloadonoso)

¿Quién es?: Para mí, la mejor escritora peruana. 

¿Por qué seguirla?: ¿No te basta lo que acabo de decir? Es cierto que postea poco y muchos de sus tuits están cerrados a comentarios, pero lee El pez que aprendió a caminar y hablamos.

9. Gabriela Wiener (@gabrielawiener)  

¿Quién es?: La autora de varios libros que tampoco he leído.

¿Por qué seguirla?: Hace buenas entrevistas por Skype que salen en La República. Además es la única chica que salió en la foto del equipo titular vargasllosiano.

10. Renato Cisneros (@recisneros) 

¿Quién es?: El autor de varios ¿libros? y del blog Busco trampa.

¿Por qué seguirlo?: Su última novela ya va 4 ediciones en menos de un año (algo rarísimo en el Perú) y tiene más seguidores en tuiter que todos los demás de la lista juntos.

Hay muchísimos más sin duda, con un buen número de seguidores como Raúl Tola y Beto Ortiz, o que hace rato dejaron de actualizar como @mariobellatin. A todos los seguimos desde @0enliteratura donde leerán harto #chickentweet.


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8 nov 2015

Libros que "hay que leer" antes de otros libros (que no necesariamente hay que leer)

8 nov 2015

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Para leer algunos libros, a veces es necesario leer uno anterior. Y no me refiero a casos evidentes como sagas, trilogías, secuelas y demás, tan de moda, como Divergente, Maze Runner, Cincuenta sombras de Grey etc., sino a otros tipos de obras, básicamente dos, que podrían resumirse en una palabra manoseada: metaliteratura.

El primero son los que llamaremos "de crítica". Aunque quizás esa palabra es muy fuerte para aquellos textos en que autores se explayan sobre sus preferencias y comentan sus libros favoritos: Ahí tenemos La verdad de las mentiras de Vargas Llosa, La caza sutil de Julio Ramón Ribeyro, El amor de mi vida de Rosa Montero, Biblioteca personal y Prólogo con un prólogo de prólogos de Borges, los tres tomos de la Obra crítica de Cortázar, varios de Octavio Paz y muchos otros que no he leído o he olvidado.



En estos casos, incluso aunque las reseñas no tengan spoilers, creo que es mejor leer previamente los libros que se comentan, para tener una "opinión propia" antes de leer la de algún consagrado. O al menos es lo que prefiero hacer ello para luego no empezar alguno de los libros comentados con ideas preconcebidas. Todo depende de que "plan lector" se desee cumplir, cualquiera mejor que el de la mayoría de colegios

El segundo caso de libros que creo hay que leer antes de otros son los "homenajes" o referenciales, los que no son necesariamente remakes o revivals. Aunque, nuevamente, no hay reglas absolutas. Leí ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? antes de leer Lágrimas en la lluvia y ni sentí la diferencia. Aunque la saga de Bruna Husky (en la que se incluye la más reciente entrega El peso del corazón) tiene muchísimas más "deudas". Según esta web también debemos tener en cuenta la obra de "(...) Larry Niven y su mundo-anillo; Peter F. Hamilton (y la trilogía Void en la que reinos fantásticos se mezclan con sociedades high-tech); y la tradición noir de Raymond Chandler (como en La Ventana Siniestra)". 


Quizás cuando lea 1Q84 de Murakami (ya conseguí a una amiga que me lo preste) comprobaré si valió la pena disfrutar primero de la genial distopía de George Orwell. Confieso que no terminé La Odisea antes del Ulises, felizmente he leído casi todo Joyce lo que, se supone, me debería preparar para Dublinesca de Enrique Vila-Matas (su París no se acaba nunca, me gustó mas que el "verdadero" París era una fiesta de Hemingway).  

No leí Robinson Crusoe antes de leer Foe de Coetzee (ni mucho de Dostoyevski antes de El maestro de Petersburgo). La solapa de Triste, solitario y final de Osvaldo Soriano me advierte que tal vez debería revisar las aventuras del detective Marlowe antes de comenzar con el argentino. Por eso mi ejemplar sigue sellado y, quien sabe, intonso.

De lo que estoy seguro es que no necesité leer Los sertones para admirarme con La guerra del fin del mundo, a la que Saramago califica de "mala imitación" de la primera. En todo caso, creo, tampoco necesité leer la poesía de Pessoa para gozar de El año de la muerte de Ricardo Reis ¿o debí haberlo hecho?

Aunque la prueba de que todo lo que vengo diciendo no es cierto es la "polémica"(?) declaración de MVLL en la que cuenta que fue gracias a un libro de Azorín, La ruta de Don Quijote, que pudo leer la obra máxima de Cervantes. A veces leer una obra derivada (aunque te cuente el final) es motivación nada insuficiente para enfrentarse al "original". En resumen: sigan leyendo en el orden que quieran.
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